Taller de Capoeira

En el mes de enero, los jóvenes de Amantaní fueron parte de uno de los talleres más enriquecedores que ha sido dictado por un voluntario. Maurizio, profesor de Capoeira, viajó de Inglaterra a Perú con la intención de poder influenciar a los jóvenes de Cusco y transmitirles los beneficios de esta práctica que él viene disfrutando hace ya muchos años.

El estilo de Capoeira que Maurizio practica se aleja del concepto del arte marcial y se enfoca más en la belleza del movimiento con la intención de poder traducir los sucesos de la vida cotidiana a esta disciplina, en forma de juego. “Yo hago un tipo de Capoeira en el que la persona tiene que identificarse, no dogmarse. Yo lo considero un arte vivo, al que cada uno aporta un granito.”

Aldair, uno de los jóvenes más destacados en la clase, nos contó que él no sabía qué era la Capoeira antes de la llegada de Maurizio. “No sabía nada. Más bien, pensé que se trataba de un platillo de Brasil,” nos contó entre risas. Pero su interés cambió cuando entendió que se trataba de una práctica similar al karate; una disciplina que él quería aprender hace mucho tiempo. “Estaba emocionado y con ganas de aprender.”

Al llegar a Cusco, Maurizio se adaptó rápidamente al nuevo lugar y se sitúo cómodamente en la cultura. Sin embargo, al comparar al grupo de jóvenes de Cusco con otros alumnos a quienes les había enseñado alrededor del mundo, notó que se presentaban una serie de retos delicados a la hora de trabajar con las mujeres del grupo. 

Una semana antes de terminar el taller, nos comentó: “Ellas necesitan confiar más en mí. No es una cosa que se pueda hacer tan rápidamente. Ellas necesitan más tiempo para construir lazos; especialmente si el profesor es un hombre. Pero creo que lo estamos consiguiendo.” Es importante mencionar que con el pasar de las semanas, las jóvenes empezaron a reconocer que se trataba de un ambiente seguro y se volvieron más participativas en las dinámicas grupales.  

Esta fue la primera vez que nuestros jóvenes llevaron a cabo un taller de una disciplina que les permitía canalizar aspectos emocionales en movimientos físicos. Como resultado, nuestros jóvenes notaron grandes cambios en muchos aspectos de sus vidas. Aldair también reconoció tener mejor autoestima y más seguridad en sí mismo luego de este taller. “El profe Maurizio me decía, ´Mírame a los ojos’ y yo miraba al suelo. Y él me decía, ‘El suelo va a estar siempre ahí, no se va a ir.” También nos comentó que actualmente la Capoeira le sirve como un método para autorregular sus emociones: “Cuando estoy triste, me pongo a bailar. Tienes que encontrar la melodía. Si encuentras la melodía, creas un nuevo mundo.”

A pesar de que este taller ya finalizó, Aldair no quiere dejar de practicar esta nueva disciplina. “Me gustaría enseñarle a otros chicos. Sería un honor. Como me dijo la profe (Rocío), podría enseñarle a los chicos que vengan (a la Casa Juvenil Paqari Wayna) el otro año.” Uno de los valores de Amantaní es el principio Quechua del ´Ayni´ que se enfoca en la reciprocidad. Dentro de la Casa Juvenil Paqari Wayna, muchas veces se trabaja este Ayni compartiendo conocimientos con otros compañeros.

Maurizio, quien empezó a hacer Capoeira por recomendación de un amigo suyo, se va de Cusco dejando a un grupo de jóvenes que encontraron en él una nueva amistad. Estamos seguros de que la Capoeira seguirá siendo para ellos una herramienta que les permita sentirse empoderados y seguir aumentando su valía personal.